Cuando murió su amada
pensó en hacerse viejo
en la mansión cerrada,
solo, con su memoria y el espejo
donde ella se miraba un claro día.
Como el oro en el arca del avaro,
pensó que guardaría
todo un ayer en el espejo claro.
Ya el tiempo para él no correría.
Mas pasado el primer aniversario,
¿cómo eran--preguntó--, pardos o negros,
sus ojos? ¿Glaucos?...¿Grises?
¿Cómo eran, ¡Santo Dios!, que no recuerdo?...
Salió a calle un día
de primavera, y paseó en silencio
su doble luto, el corazón cerrado...
De una ventana en el sombrío hueco
vio unos ojos brillar. Bajó los suyos
y siguió su camino...¡Como ésos!
pensó en hacerse viejo
en la mansión cerrada,
solo, con su memoria y el espejo
donde ella se miraba un claro día.
Como el oro en el arca del avaro,
pensó que guardaría
todo un ayer en el espejo claro.
Ya el tiempo para él no correría.
Mas pasado el primer aniversario,
¿cómo eran--preguntó--, pardos o negros,
sus ojos? ¿Glaucos?...¿Grises?
¿Cómo eran, ¡Santo Dios!, que no recuerdo?...
Salió a calle un día
de primavera, y paseó en silencio
su doble luto, el corazón cerrado...
De una ventana en el sombrío hueco
vio unos ojos brillar. Bajó los suyos
y siguió su camino...¡Como ésos!
[Los ojos - Antonio Machado]
Hoy me había olvidado del día que era...
...por eso, al darme cuenta recordé el maravilloso poema de Machado.
BSO: Blue Eyes Cryin' in the Rain - Eva Cassidy
(como hago los 11M no ilustro el post con una fotografía mía, esta vez se la tomé prestada a Esteban Trigos - Gracias por compartír)
:`(
ResponderEliminarDias de celebracion, dias de conmemoracion, dias para el recuerdo, dias para el horror... cuantas clases de dias, algunas, malditas
Encantado de que puedas utilizar la foto para este post.
ResponderEliminarUn saludo !
Un día triste pero que hay que recordar¡¡ Amio has elegido un magnífico poema y una gran imagen...
ResponderEliminarsaludos
Yo quisiera olvidarlo, no puedo.
ResponderEliminarHay ocasiones en que uno solo puede decir: Saludos compañero.
ResponderEliminarTriste día,horroroso lo que ocurrió
ResponderEliminarNo sé qué decir. No sé cuál es exactamente tu recuerdo, Amio.
ResponderEliminarYo recuerdo mi incredulidad, preocupación por los seres queridos que estaban en Madrid en ese momento, el horror, la rabia... el miedo.
Un abrazo, Amio. De nuevo cerca de ti, vestida de negro, sin adorno ninguno... Luto y esperanza para quienes salieron con vida, para quienes perdieron a sus personas queridas...
Preciosa canción. Gracias, Amio.
ResponderEliminarHe pensado que prefiero vestir de color, de vida. Con profundo respeto. Pero de color.
ResponderEliminarTambién he pensado que tal vez y al fin, Amio, la chimenea de la entrada anterior nos llevara la mirada al cielo por algo. Pensar en quienes fueron asesinados aquél once de marzo.
Todavía me pregunto cómo puede importarnos tan poco la vida. Sabiendo lo que cuesta, el esfuerzo tan grande que es, el proceso tan largo que requiere, criar a un solo niño o niña, acompañarle y ayudarle en su crecimiento, en su converitrse en persona...
¿Cómo podemos seguir matándonos así? Aún no hemos aprendido. ¿Qué hemos de aprender? ¿Dónde se ha de enseñar?
Antes que enseñar a restar, a dividir, enseñar a sumar, a multiplicar... las fuerzas y las riquezas de nuestras vidas, de nuestras culturas; antes que enseñar a escribir, enseñar a escuchar a dialogar; antes de la imposición, el acuerdo; antes de enseñar la rapidez de la destrucción, enseñar la paciencia y el placer de la construcción...
Sí, Amio, aunque sea largo o aburrido, necesito que expliques aquello que sabías sobre, ¿qué era?, ¿"ganar-ganar"?, ¿colaborar?
Que sea un buen día, para todos... y todas.
Gracias Anderea.
ResponderEliminarAquel 11M, y muchos días, (incluso meses) posteriores, recorrí buena parte de los sentimientos humanos.
Primero: Estupor (al saber que había pasado algo grave, todavía sin mucha información).
Segundo: Miedo (al darme cuenta de que había familiares y amigos que supuestamente estaba allí en trenes y estaciones en ese momento)
Tercero: Desesperación, (nadie cogía los móviles -líneas saturadas-, y el movil solo sonaba para preguntarme si sabía algo de ellos.
Cuarto: Alegría, (por fin noticias, todos bien, a veces Dios no ayuda a los que madrugan).
Quinto: Ira, Estupor, otra vez Miedo, Pena, Pena, Ira, Miedo,...
Poco a poco fue pasando el tiempo, y la mínima supuesta alegría (dentro de la pena) de que no le había tocado a nadie conocido (maldita barrera mental) se fue disolviendo a lo largo de los meses. ¿te acuerdas de ese que iba a de ingles con nosotros?Si. Pues su hermano... ¿Conocías al primo de ... pues..? ...¿Sabes que...?
Dicen que una línea de seis personas enlaza a todo el mundo,
Así supe que es cierto...
Si, mi proverbial indolencia hace que ese artículo que prometí acerca de otro de Moisés sobre la teoría de juegos y la guerra preventiva este en mi blog paralelo (empiezo a creer que tengo dos blog, éste y uno paralelo permanentemente en estado "borrador").
ResponderEliminarLlegará. Espero que pronto
Para los curiosos el post al que me refiero de Moisés es ESTE
ResponderEliminarQue vergüenza hace ya mes y medio...
Mes y medio, Amio, no es nada cuando estamos en el ajetreo de la vida. Por mí, al menos, no sientas vergüenza.
ResponderEliminarOtra vez es el día.
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