I
Por la sierra blanca...
La nieve menuda
y el viento de cara.
Por entre los pinos...
por la blanca nieve
se borra el camino.
Recio viento sopla
de Urbión a Moncayo.
¡Páramos de Soria!
II
Ya habrá cigüeñas al sol,
mirando la tarde roja,
entre Moncayo y Urbión.
Estos días en el Sureste de Ourense, en Verín, Laza, o Xinzo, reinan personajes como Cigarrons, Peliqueiros, o Pantallas. Aunque los estudiosos aseguran que su origen se remonta a ritos tribales primitivos, lo cierto es que está muy extendida la creencia de que caricaturizan los antiguos cobradores de tributos de los Condes de Monterrei que iban atemorizando a la gente por las calles repartiendo "estopa".
Estoy fatigado, vengo de un viaje de 1.400 km en el espacio y, entre algunos siglos y millones de años, en el tiempo.
Estoy demasiado cansado físicamente y feliz animicamente, para bramar en el cabreo que provoca ver a hombretones dar porrazos a adolescentes, ni pensar como quien, una vez descubierto el filón, haga que el "Barco de Chanquete" sea la "precuela" de "Braveheart". Revolver ríos siempre fue la forma de ganar de los malos pescadores y el entretenimiento de quien queria pescar a palos contra el agua.
Hoy no quiero más esperpento que el de un Martes de Carnaval cualquiera.
La película Impacto Súbito, incluye una de las escenas, que, por su repercusión en han merecido pasar a la historia del cine.
En ella Harry Callahan, el policia violento y huraño interpretado por Clint Eastwood, apunta con su inmenso Magnum a un atracador que mantiene agarrada a una mujer, y, sin pestañear le dice:
Hoy mientras empuñaba el surtidor y alimentaba a mi viejo coche con un combustible cada vez más caro, recordé una noticia leída ayer y en mi cabeza, que es como un desordeando trastero de pueblo, se apareció Ahmadineyad mascullando como Harry Callahan.
Recostados contra el cierre de la finca, los dos jubilados, agrietadas ya sus pieles por largas jornadas de trabajo a la intemperie, miraban los campos.
Hacía ya rato que había amanecido pero aún la escarcha de enero pintaba de blanco hojas y ramillos. - ¿Lo echas de menos?- dijo uno.
- ¿El qué?
- El trabajo, digo. Si echas de menos las mañanas como esta teniendo tanta faena por delante.
- Solo echo de menos los ratos buenos que haberlos los hubo. Pero hay muchas cosas que tuve que hacer que no querría que volvieran.
- Es posible que tengas razón,..., si, ...pero a mi se me llevan los demonios cuando veo a otros trabajando estos campos.
- ¿Los demonios?, a mi ya tendrán ocasión de llevarme, cuando vea que estos campos ya no los trabaje nadie... ... ¿qué? ¿seguimos el paseo?.