"... Ahora, dando por hecho que trazas en tu existencia la línea gorda de que antes te hablé, establezcamos el sano régimen económico en que de hoy en adelante has de vivir. Para librarte de la usura que en poco tiempo te dejaría sin camisa, es forzoso que levantes un empréstito, en grande, no para salir del día y del mes, sino para salvar definitivamente los restos de tu patrimonio. ... Si encontramos el capitalista que quiera salvarte, pactarás con él lo siguiente: tú le entregas todas las fincas de los estados de Loarre y San Salomó, con facultad de vender las que se determinen y de administrar las restantes. Él, al otorgarse la escritura, cancelará las cargas hipotecarias y los créditos pendientes. Tu propiedad inmueble queda en poder suyo hasta la amortización de tu deuda, y en ese tiempo recibirás de él trimestralmente la cantidad que se estipule para que puedas vivir con decoro y modestia, ajustando estrictamente tus necesidades a esa rigurosa medida.
Y ahora digo yo: ¿a qué capitalista debemos acudir? Piensa tú, recorre tus conocimientos; yo pasaré revista en los míos. ¿Qué te parece don José Manuel Collado? De Rodríguez y Salcedo, ¿qué me dices? ¿No eres tú amigo del Duque de Sevillano? Yo lo soy de don Antonio Guillermo Moreno... Cerrajería y Pérez Hernández, me consta que han hecho negocios de esta índole... ¿Quieres que mi suegro y yo hablemos a don Antonio Álvarez y a don Antonio Gaviria, o crees tú que podrás entenderte fácilmente con Casariego? ¿Has pensado en Udaeta, en Soriano Pelayo? ¿Podríamos contar con Zafra Bayo y Compañía, si habláramos a nuestro amigo Adolfo Bayo?
Debo advertirte, para que no te adormezcas en una confianza optimista, que nuestros hombres de dinero no se aventuran en ningún negocio que no vean claro y seguro desde el momento en que se les plantea. Por rutina y por comodidad, van tras las ganancias fáciles, con poco riesgo y sin quebraderos de cabeza. Han tomado el gusto a las gangas que nos ha traído la transformación social; se han acostumbrado a comprar bienes nacionales por cuatro cuartos, encontrándose en poco tiempo poseedores de campos extensos, feraces, y no se avienen a emplear el dinero en operaciones aleatorias de beneficio lento y obscuro. No les censuremos por esto: es condición humana.
... No sienten estos señores el negocio con espíritu amplio y visión del porvenir: ven sólo lo inmediato, y se asustan de la menor sombra. Carecen de la virtud propiamente española, la paciencia. Verdad que esta virtud no la tenemos más que para el sufrimiento...
Otra cosa. Es fácil que un solo capitalista no se atreva solo con tan grande operación, y que se reúnan dos o tres en reata para tirar de ti, pobre carro atascado en los peores baches de la existencia. En fin, sea lo que fuere, tú por tus relaciones, yo por las mías, buscaremos un Creso, entre los pocos Cresos españoles que tengan el sentido de la reconstrucción, en vez del sentido de la destrucción.
Porque no lo dudes: un principio negativo les ha hecho ricos... Grandes casas son, levantadas con material de ruinas...
Han contratado el derribo de la España vieja. ¿La nueva quién la construirá?".
Benito Pérez Galdós
O'Donnell Capítulo IX
(1904)
Dejando cadáveres como cascotes
ResponderEliminar1904... Quien ignora su historia está condenado a repetirla en un bucle interminable.
ResponderEliminarHay que ver lo que hemos aprendido en estos años.
ResponderEliminarBesucos
Nada como la historia "literaria" para entender nuestro presente aún mucho mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
me ha encantado :)
ResponderEliminarAlgún día todo eso que llamamos mierda saldrá de las cloacas.
ResponderEliminarCarecen de la virtud propiamente española, la paciencia. Verdad que esta virtud no la tenemos más que para el sufrimiento...
ResponderEliminarGenial este pensamiento.
el tango decía "que 20 años no es nada..." parece que 100 tampoco!
ResponderEliminarHay formas y formas de decir las cosas, de hablar con sabiduría y sentir lo que se dice y Galdós fue un maestro de pensamiento y de pluma.
ResponderEliminarAhí queda ese texto inmenso,magistral
Un abrazo.
Galdós levantó todo un monumento literario y su obra es imprescindible para intentar comprender el S.XIX español... y los que venimos detrás.
ResponderEliminarPd. Perdona el autobombo, pero dale un vistazo a mi última entrada. Creo que el tema te interesa.
¿La España nueva quién la construirá?
ResponderEliminarLa pregunta del millón, y no vamos a decir que la de hace un millón de años, pero casi.
...levantadas con material de ruinas...
ResponderEliminarBuena entrada, Amio. ¡Qué triste es la parte mala del ser humano!