Ayer, después de comprar unas zapatillas deportivas de alta gama para asi poder jubilar mis pantuflas de sacar la basura, caminaba sin rumbo fijo por la zona vieja.
Al entrar en el Obradoiro, como en un fotograma de "Encuentros en la tercera fase", un enorme escenario resplandecía entre luces de colores y brumas artificiales.
Pero mi sorpresa mayúscula fue que según se iba disipando la colorida niebla, en el escenario se iban acomodando, uno a uno, los músicos de la Orquesta Sinfónica de Galicia encabezados por el Director de la RTÉ National Symphony Orchestra of Ireland.
Poco después apareció la silueta inconfundible de Carlos Nuñez para encabezar lo que parecía el ensayo de un concierto que desconocía se fuera a celebrar.
Al entrar en el Obradoiro, como en un fotograma de "Encuentros en la tercera fase", un enorme escenario resplandecía entre luces de colores y brumas artificiales.
Pero mi sorpresa mayúscula fue que según se iba disipando la colorida niebla, en el escenario se iban acomodando, uno a uno, los músicos de la Orquesta Sinfónica de Galicia encabezados por el Director de la RTÉ National Symphony Orchestra of Ireland.
Poco después apareció la silueta inconfundible de Carlos Nuñez para encabezar lo que parecía el ensayo de un concierto que desconocía se fuera a celebrar.
Poco a poco, mientras los músicos atacaban las primeras notas, los transeúntes se fueron algolpando hasta casi llenar a la mitad la plaza. Quizá fue por las luces, que en pruebas también, no ilumaron bien al principio a los instrumentistas, pero no reparé en cuatro o cinco personas sentadas en primera fila, justo tras el gaitero vigués.
Como pude avanzar hasta casi tocar el escenario, vi que quienes allí estaban eran ni más ni menos que los Chieftains encabezados por Paddy Moloney, Mat Molloy y Kevin Coneff junto a otros dos musicos que no acerté a reconocer.
El ensayo duró casi una hora, la verdad es que solo un par de interrupciones en alguna melodía lo distinguieron de un concierto.
Al final los músicos irlandeses recogieron sus "trastos", bajaron del escenario y cruzaron el Obradoiro hacia un coche que los esperaba sin escatimar en saludos y conversacion con los que hasta ellos nos acercamos.
Como pude avanzar hasta casi tocar el escenario, vi que quienes allí estaban eran ni más ni menos que los Chieftains encabezados por Paddy Moloney, Mat Molloy y Kevin Coneff junto a otros dos musicos que no acerté a reconocer.
El ensayo duró casi una hora, la verdad es que solo un par de interrupciones en alguna melodía lo distinguieron de un concierto.
Al final los músicos irlandeses recogieron sus "trastos", bajaron del escenario y cruzaron el Obradoiro hacia un coche que los esperaba sin escatimar en saludos y conversacion con los que hasta ellos nos acercamos.
Unos auténticos "Jefes"
Chieftains en WikipediaVisto en: Plaza del Obradoiro
BSO1: Galician Overture - The Chieftains
BSO2: Vals del Miño - Chieftains & Carlos Nuñez
BSO1: Galician Overture - The Chieftains
BSO2: Vals del Miño - Chieftains & Carlos Nuñez
¡Ohh!... ¡quien hubiera podido estar ahí!
ResponderEliminar¡Sí, estoy con Eulogio!
ResponderEliminarGracias, Amio, por contarlo.
¡Buen día!
Esperamos ver ese concierto a través de tus ojos. Tremendo!!!, tiene que ser tremendo!!!
ResponderEliminarUn abrazo, compañero.
Una gran cita.
ResponderEliminarQue grandes!!
¡¡¡ conho, que envidia me das !!!
ResponderEliminarNo soy de mucho concierto pero me estás incitando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Afortunadamente, Santiago tiene estas cosas.
ResponderEliminarYo ví a Carlos Núñez y The Chieftains en la plaza de la Quintana en 1999, en las fiestas de Santiago. Absolutamente inolvidable.
Lo había olvidado: me alegra que te hayas desprendido de tus siniestras zapatillas.
ResponderEliminar¡Menuda suerte, D. Amio!
ResponderEliminarSalu2
No hay derecho, me muero de la envidia.
ResponderEliminarVivir rodeado de belleza y moverse en torno la belleza es la única garantía de salvación. Atravesar el obradoiro de camino a casa es un plus, pero plus...Gozar esa sorpresa como usted la ha gozado, eso sólo le pasa a los espíritus disfrutones, y no todos lo son. Pero muchos sí lo somos, y nos encanta el relato. ¡Qué bien, qué bonito, muchas gracias!.
ResponderEliminarY tan tremenda que tuvo que ser...
ResponderEliminarjo!
"Las personas pasan, la música permanece" Dijo Carlos Nuñez.
ResponderEliminarSí, la sensación fue esa: Una música eterna fundiéndose con unas piedras intemporales y que para siempre formarán ya un todo en el recuerdo.
Dos peros: la cantidad de gente que se quedó fuera...
y, a nivel personal, que mi pequeñajo no compartiera la emoción de sus padres :)