No es por llevar la contraria, pero, el Sábado, mientras buena parte del Sur y Este de España sufrían un temporal de campeonato, yo asistía absorto a un crepúsculo larguíiiiisimo.
Desde el balcón de la Rua da Trinidade, con las antiguas huertas a los pies y la Alameda al fondo, vi como el sol iba pintando de naranja, a mis espaldas, las cristaleras traseras del Pazo de Raxoi.
Desde el balcón de la Rua da Trinidade, con las antiguas huertas a los pies y la Alameda al fondo, vi como el sol iba pintando de naranja, a mis espaldas, las cristaleras traseras del Pazo de Raxoi.
Probablemente tarde unos meses en volver a pillar otro así.
Visto en: Rua da Trinidade - Santiago de Compostela (via Google maps y Live Local)
BSO: Two Suns in the Sunset - Pink Floyd (via songza)
ashes and diamonds / foe and friend / we were all equal in the end
[ cenizas y diamantes / enemigo y amigo / fuimos todos iguales al final ]
No fue malo tampoco el del domingo.
ResponderEliminarSe aprecia más lo que se hace desear. Enhorabuena, porque los que vivimos en las ciudades sabemos que existen los crepúsculos pero nunca los vemos.
ResponderEliminarLa verdad es maravilloso el atardecer muy romantico es ver la puesta de sol uno sueña tantas cosas mientras ve como el sol va desapareciendose y tornando todo de hermosos colores el cielo
ResponderEliminarGracias por compartir con migo esa belleza
Momentos magníficos para la meditación.
ResponderEliminarSaludos.
El temporal fue tremendo y aquí no estamos acostumbrados a tardar más de una semana en ver el sol. Nos hace falta el agua, pero no toda de golpe!!
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