¿Que es la vida si no un juego?
La vida que pone sus reglas, tira sus dados, siempre cargados, y nos hace andar tantos espacios como digan ellos, en este parchís que nosotros no comprendemos y asumimos tan seriamente.
Sólo los elegidos que intuyen lo fortuito, lo jocoso de jugar que es el vivir, pueden seguir el juego y hacer tantos.
La vida que pone sus reglas, tira sus dados, siempre cargados, y nos hace andar tantos espacios como digan ellos, en este parchís que nosotros no comprendemos y asumimos tan seriamente.
Sólo los elegidos que intuyen lo fortuito, lo jocoso de jugar que es el vivir, pueden seguir el juego y hacer tantos.
Jesús García Sánchez
Cuadernos Hispanoamericanos / mayo 2007
Cuadernos Hispanoamericanos / mayo 2007
Que cierto es...
ResponderEliminarPero como dice Santayana, se ha hecho para vivirla, no para comprenderla.
Otro buen ojo fotógrafico maestro.
Un juego incierto este de la vida, dónde valen hasta las trampas y salirse del camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya está el asunto actualizado.
ResponderEliminarPues yo creo que todo es cuestión de suerte, antes de nacer ya te toca ser niño o niña, luego te toca nacer en una familia o en otra, en un país o en otro, en una raza o en otra... todo cuestión de suerte.... luego pasa la vida y por suerte te libras de ese accidente, por suerte encuentras esa pareja, por suerte ese trabajo, por suerte esos amigos.... todo por suerte.
La vida es una suerte, si. A pesar de todo.
ResponderEliminarComo diría Hawking en respuesta a una aseveración de Einstein (Dios no juega a los dados), Dios (la vida) no solamente juega a los dados, sino que los arroja donde no podamos verlos. Pero nosotros somos más listos... ¿o no?
ResponderEliminarCon permiso.
ResponderEliminarVivir... o resolver la conjetura de Poincaré y después elegir darse a la fuga.
Pocas veces nos toca el póker, así que nos vamos conformando con las jugadas menores, eso sí, asumiendo que la mayoría de las veces somos perdedores.
ResponderEliminarLa banda sonora, genial.
Un abrazo.
Jjejeje: Juan Nadie se me ha adelantado con Hawking. Así que sólo me queda proponer una alternativa a la (maravillosa) música: Tumbling Dice.
ResponderEliminarSaludos
Yo preferiría jugar a las cartas, y poder darme mus siempre que no me gusten...o mejor aún, ser capaz de seguir los consejos de Benedetti:
ResponderEliminarMemorándum
.
Uno llegar e incorporarse el día
Dos respirar para subir la cuesta
Tres no jugarse en una sola apuesta
Cuatro escapar de la melancolía
Cinco aprender la nueva geografía
Seis no quedarse nunca sin la siesta
Siete el futuro no será una fiesta
Y ocho no amilanarse todavía
Nueve vaya a saber quién es el fuerte
Diez no dejar que la paciencia ceda
Once cuidarse de la buena suerte
Doce guardar la última moneda
Trece no tutearse con la muerte
Catorce disfrutar mientras se pueda
:)
Necesitamos toda una vida para aprender las reglas del juego, la cuestión es que sólo tenemos una vida.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, definitivamente me va más lo que presenta Almalaire.
ResponderEliminarÚltimamente pienso que en este mundo caben muchos mundos. Y, quizá, por tanto, muchos tableros.
Tal vez, incluso, tengamos la posibilidad de construir nuevos tableros con personas que quieran compartir otras reglas. O de no necesitar tableros.
La vida sin competir, sin dañar.
Por otra parte, ¿qué es marcar tanto? ¿Para qué sirven esos tantos?
"¿Que es la vida si no un juego?"
ResponderEliminar¿Un camino que recorremos, una danza que bailamos, un viaje que apenas trazamos, una historia que escribimos...?
El jugador ve juego, el caminante, camino...
La cuestión en si es seguir jugando..
ResponderEliminarUn abrazo
paso...
ResponderEliminarvoy a la siguiente.