El ruinoso fantasma,
Sin barbacana ni almenar, lo mismo
Que una fiera sin dientes y sin garras.
Hiedras y espinos al asalto trepan
Por la rota muralla,
En donde habita el pájaro de presa,
Postrera encarnación del hombre de armas.
Las dos torres que guardan el recinto
Permanecen impávidas
Y cada vez que el huracán las mueve
Al oscilar parece que amenazan.
Dentro de ellas gimió quizás un dia
La virgen ultrajada,
Y el mercader, tendido sobre el potro
Depuso en él la llave de sus arcas.
Aun hoy arrojan á la faz del siglo
Una mueca sarcástica,
Y sin embargo, el tiempo las perdona,
Y aun el juglar sus infortunios canta....
En el foso, ceñida de verdura,
Risueña sino blanca
Agrúpase á la sombra del castillo
La aldea que fué un tiempo su vasalla.
El descendiente de los siervos míseros
Que al oir la tiránica
Voz del señor, cedian honra y vida;
Hoy como dueño por las ruinas pasa.
Embellece su rústica vivienda
Con las piedras que arranca
Del escombro feudal, y sin saberlo
Consuma una simbólica venganza.
(Las Torres de Altamira - Alfredo Vicenti 1869)
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El Castillo de las Torres de Altamira se sitúa sobre una elevación, en dominando todo el valle de A Maía, el municipio de Brión, provincia de A Coruña.
Las ruinas del castillo, es lo que queda de uno, originalmente construido en el siglo IX sobre los restos de un castro sucesivamente arrasado y reconstruido, en 1073 por Gonzalo de Moscoso, en 1468 por los Irmandiños, en 1471 por su posesión se libró Batalla de Altamira., cuando fue de nuevo asediado por las tropas del arzobispo de Santiago, en la guerra entre cleros y nobles.
En los ultimos años del s XV y a lo largo del s XVI el recinto alcanza su esplendor, siendo considerada una de las mejores fortalezas de Galicia, ya que contaba con seis torres, un pazo, y la denominada capilla de los Reis Magos que cumplia las funciones de pateón señorial.
A partir del siglo XVII los condes dejaron de habitar el castillo y todo indica que en el siglo XVIII sufrió un incendio, que afectó sobre todo al pazo, favoreciendo su abandono. A partir de este momento comenzó su proceso de ruina, siendo la finales del siglo XIX cuando más fue usado como cantera para numerosas construcciones entre ellas la capilla de Santa Minia de Brión.
A partir del siglo XVII los condes dejaron de habitar el castillo y todo indica que en el siglo XVIII sufrió un incendio, que afectó sobre todo al pazo, favoreciendo su abandono. A partir de este momento comenzó su proceso de ruina, siendo la finales del siglo XIX cuando más fue usado como cantera para numerosas construcciones entre ellas la capilla de Santa Minia de Brión.
Visto en: Ruínas de las Torres de Altamira - Brión - A Coruña
BSO: If these stones could speak - Si estas piedras pudieran hablar - Aoife Ni Fhearraigh
Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora
ResponderEliminarcampos de soledad, mustio collado,
fueron un tiempo Itálica famosa...
Pero al final, nada se pierde, todo se reutiliza... Ya lo decía Krahe: ...Lo más confío en que seré algo eterno... gracias al cromosoma.
Salu2
Fachada, todo fachada.
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