En efecto, si un hombre ocioso mira a un rico, se apresura a labrar, a plantar, a gobernar bien su casa.
El vecino excita la emulación del vecino, que se apresura a enriquecerse, y esta envidia es buena para los hombres.
Con él, el alfarero envidia al alfarero, el obrero envidia al obrero, el mendigo envidia al mendigo y el aeda envidia al aeda.
Con él, el alfarero envidia al alfarero, el obrero envidia al obrero, el mendigo envidia al mendigo y el aeda envidia al aeda.
Trabajos y días
de Hesíodo
Visto en: Plaza de Colón - Madrid
BSO: Neighbour, Neighbour - Vecino, Vecino - ZZTOP
Vaya contraste entre la torre y el palacete. Aunque en este caso, los dos vecinos tienen el riñón bien cubierto... claro, a lo mejor por ser vecinos.
ResponderEliminarSalu2
Lo importante entre vecinos es llevarse bien.
ResponderEliminarAquí somos más de "ojalá me quede ciego con tal de que mi vecino se quede tuerto" que de las palabras de Hesíodo.
ResponderEliminarBesucos
Esta conclusión que parece inmediata al ver los dos edificios que has captado en la foto (por cierto, preciosa), la tuve, ampliada, intensificada, por primera vez, al recorrer los Campos Elíseos desde el Arco del Triunfo hasta La Defensa. "La grandeur de la France". "La grandeur", en general, ¿será tan importante? ¿Merecerá la pena?
ResponderEliminarBuen finde, Amio.
La envidia nunca es buena.
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