Viví parte de mi infancia y adolescencia en un barrio de Madrid en una época en la que los suburbios obreros de la capital eran el objetivo preferente de un infame comando terrorista.
Antes de ir al colegio, me gustaba desayunar al amanecer frente a la ventana de la cocina de nuestro pequeño piso en lo alto de una torre. Tengo la imágen grabada de varias ocasiones en las que, tras oír un estampido, veía subir lentamente una columna de humo negro mientras mi abuela corría a encender la radio.
Recuerdo tener que cambiar alguna vez la ruta para ir caminando al colegio por no cruzar por el lugar de un atentado aún humeante.
Recuerdo a vecinos en el bar de mi barrio, un barrio donde vivían muchos militares, con una extraña mezcla de lágrimas de miedo, dolor e ira en los ojos.
Ayer, acorralados, adornandose de su ridícula retórica,
los asesinos dijeron que lo dejaban definitivamente.
los asesinos dijeron que lo dejaban definitivamente.
Tengo en el cuerpo una extraña alegría con posos de tristeza.
La alegría de aquel muchacho que cada vez que eso ocurría, presa del miedo, cerraba los ojos y deseaba que no volviera a pasar.
Los posos de tristeza de saber que todo el dolor causado no podrá ser nunca reparado, y que no merece ser olvidado.
Una sensación parecida a la que percibí de chico a mi alrededor con la muerte del Dictador Patas Cortas.
Si, patéticos promotores de una Euskal Herria socialista, paradójicamente, al final habéis conseguido ser lo más parecido a Franco. Sin respeto por la democracia, queriendo imponer vuestras ideas totalitarias mediante el terror y la eliminación de los que no pensaban como vosotros, apoyados por un puñado de fanáticos y delatores. Al final después de décadas de causar sufrimiento, morís en la cama consumidos, con vuestra organización corrompida, haciendonos el favor de pasar a ser una oscura página en la Historia.
Ahora vendrá el periodo de recomponer una sociedad que ha vivido contaminada por vosotros y hacer frente, como aquella vez, a los que quieran volver atrás, a los que quieran olvidar a los represaliados, a los que quieran no tener que pagar por lo que hicieron y a los que quieran seguiros manteniendo como amenaza para beneficio propio.
Y este parecido con quien menos os identificarías no es lo peor. Debéis saber que, además, vosotros habéis sido quienes más daño hicisteis a los que, legítimamente, tienen el derecho de creer en una Euskadi/Eukal Herría independiente y los que más habéis dificultado la evolución de la tierra que, falsamente, decís que amáis.
¿Mereció la pena?
Si algo aprendí cuando desayunaba en la ventana de pequeño, es que el humo negro, por muy pesado que fuera, al final de la mañana siempre se acababa disipando con el aire fresco de la sierra.
Que nunca más vuelva.
P.D. por todo lo anterior sigo sin comprender que algunos de los que se dicen demócratas celebren que una multitud capture a un hombre acorralado y lo ejecute para que sea portada de todos los periódicos, por muy tirano que fuera.
Recuerdo una mañana en la que estaba acordonada la plaza del Cayao y entré a tomar café en una cafetería, se oyó un terrible golpe y yo me juré a mi mismo que no había golpeado la puerta al entrar... todos me miraron pero no era a mi era a la plaza...
ResponderEliminarUn trozo de metralla había salido por encima del cinturón policial que custodiaba el contenedor de basura en el que estaba situada la bomba hiriendo mortalmente a uno de los policias.
También cuando explotó la lapa debajo del coche de Aznar me pilló cerca.
En cuanto a la posdata, ayer me lo dije a mi mismo varias veces, por muy arrogante que fuera tuvo que sentir terror.
ResponderEliminarSolo diré que firmo cada una de las palabras escritas en este artículo tuyo, Amio.
ResponderEliminarCon respecto a lo que dices sobre ETA, totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarEn cuanto al loco Gadafi, no es que me alegre, no sé alegrarme de la muerte de nadie por muy rata que sea, pero... ¿qué quieres que te diga?... uno menos.
No es por nada, pero morir es algo que les llegará a todos, a los inocentes y a los dictadores, dónde esta sociedad tan avanzada está fallado es que la justicia piensan que está siempre en sus manos y sus pistolas.
ResponderEliminarLamentable comprobar que el ojo por ojo con Gadafi no sólo gusta, es más lo aclaman como símbolo de justicia.
Pena de humanidad amigo y de ETA mejor no hablar, han sido tantas las treguas que sin desarme nunca se verá el fin.
Un abrazo.
No se puede decir más claro.
ResponderEliminarYo tengo una mosca que no para de revolotear detrás de mi oreja.... Lo siento pero no me lo creo.
Besucos
Que ETA diga que quiere dejar de matar es una alegría, que lo venda como el fin de un conflicto armado es una perversión del lenguaje. Conflicto armado lo hay en Libia o durante la segunda guerra mundial; los asesinatos a sangre fría no es un conflicto armado. Pero a ver si hay suerte.
ResponderEliminarPor otra parte, celebrar el linchamiento de un personaje por muy dictador, asesino, criminal que hubiese sido dice muy poco de las personas que lo celebran.
Salu2
Es la tercera vez que leo el post. Me gusta mucho.
ResponderEliminarEspero que, al menos, si merezca la alegría.Yo estoy muy contenta, muy esperanzada...
Sobre Gadafi...creo que se han perdido los últimos vestigios del pudor. Somos como animales.
Un abrazo, Amio
ETA "era" un anacronismo en la Europa que queremos construir. Se ha suicidado por innecesaria.
ResponderEliminarGadafis hay muchos todavía, disfrazados de corderos o de esperanzas.
Pero lo que más me gusta de esta página es la concatenación de comentarios inteligentes provocados por Amio.
Abrazos.
Enorme, Amio.
ResponderEliminarLo suscribo desde la primera letra hasta la última.
Incluyendo por supuesto la postdata ("¿Uno menos?" Uf, Juan)
Pues sí, uno menos. ¿Por qué asusta tanto esto? Nosotros vivimos muy bien en Occidente, por mucho que nos golpee la crisis, pero por esos lugares la vida de la gente de a pie es dura de verdad y con dirigentes de este pelo más aún. De modo que, efectivamente, uno menos. Porque de no ser así a estas alturas habría unos pocos miles de compatriotas suyos menos. ¿Qué es preferible? ¿Debería haberlo juzgado un tribunal? Naturalmente, pero ve a contárselo a los libios. Claro que parece que ahora se está constituyendo un gobierno islámico tamaño natural, así que igual es peor el remedio que la enfermedad.
ResponderEliminarBonito post, enhorabuena!!
ResponderEliminarHello, Amio Cajander.
ResponderEliminarThe excellent and lovely work.
The season of colored leaves, heartwarming atmosphere
The prayer for all peace.
from Japan, ruma ❀
Amio muy buen post. Yo creo que todos en general tenemos sentimientos muy cercanos en cuanto a la justicia, o la injusticia que sufrimos más o menos cerca, pero hace falta personas que lo escriban, que lo saquen a la luz y que no callen. Un abrazo.
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