El empeño de que los chiquillos adquieran sentimientos patrióticos en la escuela es tan bien intencionado como inútil.
Un profesor, por muchos himnos que haga entonar a sus alumnos, no les inculcará el amor a la patria; no existen procedimientos pedagógicos para eso, como no los hay para inculcar el amor a la familia.
Las síntesis sentimentales no surgen en nosotros a fuerza de razonar, sino a fuerza de vivir. El amor a la familia nace del ambiente del hogar; el amor a la patria nace del ambiente colectivo; y el más sublime de los amores, el amor a la humanidad, nace del ambiente elevado que flota por encima de los siglos y de las fronteras.
Examine cada uno su remota niñez, busque lo que era para él entonces la idea de patria, y encontrará algo grotesco, cuando no el vacío. Es lo que ocurre con las ideas religiosas. Si poco a poco es retirado de la enseñanza lo que se refiere a los cultos, acabaremos por eliminar también de ella el culto patriótico. En la escuela no se debe adorar, sino comprender. Pero la verdad no tiene patria. No hay una manera patriótica de hacer multiplicaciones, de preparar el oxígeno ni de construir un muro, y si hay una geografía y una historia patriótica, es porque son falsas [...]
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Un profesor, por muchos himnos que haga entonar a sus alumnos, no les inculcará el amor a la patria; no existen procedimientos pedagógicos para eso, como no los hay para inculcar el amor a la familia.
Las síntesis sentimentales no surgen en nosotros a fuerza de razonar, sino a fuerza de vivir. El amor a la familia nace del ambiente del hogar; el amor a la patria nace del ambiente colectivo; y el más sublime de los amores, el amor a la humanidad, nace del ambiente elevado que flota por encima de los siglos y de las fronteras.
Examine cada uno su remota niñez, busque lo que era para él entonces la idea de patria, y encontrará algo grotesco, cuando no el vacío. Es lo que ocurre con las ideas religiosas. Si poco a poco es retirado de la enseñanza lo que se refiere a los cultos, acabaremos por eliminar también de ella el culto patriótico. En la escuela no se debe adorar, sino comprender. Pero la verdad no tiene patria. No hay una manera patriótica de hacer multiplicaciones, de preparar el oxígeno ni de construir un muro, y si hay una geografía y una historia patriótica, es porque son falsas [...]
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¿Quieres creer que los eché de menos a la hora de comer?
ResponderEliminar"En la escuela no se debe adorar, sino comprender. Pero la verdad no tiene patria".
ResponderEliminar¿Qué más se puede añadir?
Y porqué no les enseñan esto en vez de la dichosa Educación para la Ciudadanía.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Chapeau!
ResponderEliminar¿Publicado en 1910? Hay que ver que visión de futuro.
Ese texto es certísimo. Esas cosas no se aprenden en la escuela. Y se ve que esto ya viene de antiguo.
ResponderEliminarPero sí existe el dolor de patria, y si no pregúntale a cualquier emigrante o a un desplazado por una guerra, se aprende patria con los símbolos y con el civismo, con las historias contadas por el abuelo que afrontó la guerra civil, con la patria vale el adagio popular: Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
ResponderEliminarUn saludo.
la patria... la morriña, no se inculca se transporta con uno mismo.
ResponderEliminarschool? grandiosa, desde luego que grandiosa
¡Qué poco me gustan las eescuelas!
ResponderEliminarUno se siente de aquí o de allá en función de un sentimiento. Por más que le exijan ser, tan solo será aquello que el corazón le dicte, porque el sentimiento de pertenencia a un grupo social, étnico, cultural... tan solo tiene a ver con el corazón. Creo.
ResponderEliminarHe vuelto a pensar en el texto y en la canción que ilustran tu preciosa fotografía.
ResponderEliminarLas escuelas me gustan muy poco, es cierto, pero aún me gusta menos la calle donde se encuentran la inmensa mayoría de los niños y las niñas que no están escolarizados.
A la escuela no se debiera de ir a adorar, pero en ella debiera ocurrir algo más que comprender: aprender.
Aquí corto, me he pasado con la extensión de mi comentario. Sigo en
mi blog.
Disculpa las molestias.
El mundo tiende a romper fronteras y perder la historia patriótica es cuestión de tiempo.
ResponderEliminarAunque sinceramente no me enorgullece en absoluto como me inculcaron a mi el amor a la patria.
@Logio: es que son muy grandes...
ResponderEliminar@Juan Nadie: poco más...
@senovilla: basta con que se enseñe algo
@Anjanuca me temo que visión de futuro, presente y pasado... esas palabras pueden interpretarse siempre.
@Juan Carlos tu lo has dicho !!
@Dean Cierto!! y en el caso de Barret un cántabro de torrelavega que tuvo que acabar casi exiliado rehaciando su vida en Paraguay creo que ciertamente lo sabía
@Merce... patria vs morriña buena contraposición.
@fermin y creo que crees bien
@Josete la historia patriótica es solo un género literario más, pero un género que junto con los textos de esteemismo religioso ha sido responsable de muchas desgracias...
@a todos, si os interesó este post os recomiendo seguidme al magnífico post-respuesta de Anderea.
Es curioso este tipo de fotografías. Representa muy bien el tema de la entrada sinembargo, en un primer momento me pareció simple la toma y esto es lo que más me gustó de ella que, cuando la he vuelto a observar con detenimiento, me a transmitido un algo, que no sabría explicar. Siempre me pasa con estos desenfoques de primer plano.
ResponderEliminarUn saludo.